Nuestras Cáritas deben acompañar de una manera integral, atendiendo en la medida de las posibilidades sus cuerpos rotos, cansados y fatigados por el duro combate que supone vivir cada día. Pero no podemos olvidar que junto a esa atención también debemos aliviar y darles a conocer la experiencia de ese Dios que cada día sale a nuestro encuentro. Una experiencia que hará posible que nuestro entorno cambie y se convierta en un mundo más humano, más cristiano y más de Dios. Me estoy refiriendo a nuestra tarea prioritaria de la Evangelización. La mayor pobreza que afecta a nuestra sociedad y a nuestro mundo es no conocer y tratar a Dios, porque si le conocemos y tratamos es imposible que existan realidades injustas en nuestro mundo. Este encuentro hace posible que experimentemos su perdón, su ayuda y su Gracias que son los pilares fundamentales para un anuncio y entrega generosos en nuestra vida cristiana.
Este portal debe ser también un instrumento para sensibilizar de aquellas realidades que van contra nuestra dignidad como persona y como hijo de Dios que somos. Insertos en una comunidad que sienten un profundo amor a la Iglesia de la que somos parte y que promueven la Evangelización como medio de crecimiento humano y cristiano, siendo los valores humanos y cristianos la base y fundamento de nuestro actuar y vividos y confrontados a la luz del Evangelio como nuestra seña de identidad auténtica .
Estamos “llamados a ser comunidad” como rezaba el lema de nuestra Cáritas Española en la campaña institucional 2016-2017 y que tenía como objetivo la comunidad sea el eje de nuestros proyectos y la transformación de nuestro entorno conforme al mensaje del evangelio, ´”amándonos los unos a los otros como yo os he amado” Jn 13,34, y que en este curso que comenzamos en nuestras orientaciones pastorales se nos invita a potenciar el tejido comunitario como clave para un anuncio del Reino y crecimiento en nuestra comunidad como testigos del Señor.
Pedimos a María nuestra madre que nos acompañe y que siga siendo para nosotros modelo de Fe, de entrega generosa y de servicio constante sin esperar nada a cambio y respondiendo a ese amor que Dios derrama cada día en nuestros corazones y que nos impulsan a una conversión contaste de nuestras vidas.
Enrique Barrera Delgado
Vicario Episcopal de la Zona Norte
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